El cumplir con los valores establecidos en las regulaciones locales aseguran un agua para consumo inocua, reduciendo el riesgo de brotes de enfermedades entre la población así como la afectación a la salud de los consumidores.
En las diversas pruebas que se han realizado en todo el mundo, no se ha detectado presencia del virus COVID-19 en el agua potable.
La morfología y la estructura química del SARS-CoV-2 es muy similar a la de otros coronavirus, que en estudios han demostrado que el agua no es una vía de transmisión relevante.
Por esta razón la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que “el riesgo de contagio de COVID-19 es bajo cuando se refiere a agua potable”. Según el conocimiento actual el nuevo corona virus (SARS-CoV-2) se transmite principalmente a través del contacto directo entre personas o superficies contaminadas.
Factores que reducen el riesgo al mínimo de una posible transmisión del nuevo coronavirus por medio de agua potable son:
- Uso de fuentes agua subterránea (pozos) bien protegidos de actividades humanas.
- Cuando se utilicen fuentes de agua superficial, someter el agua cruda a tratamientos como: floculación, filtración, adsorción y desinfección.
- Para desinfectar el agua potable de forma efectiva contra coronavirus utilizar: ozono, radiación UV o la desinfección con cloro o dióxido de cloro.
En conclusión, el agua potable, que se obtiene, procesa y distribuye de acuerdo con las reglas tecnológicas generalmente reconocidas, está muy bien protegida contra todos los virus, incluidos los coronavirus.
Links Relacionados:
German Environment Agency, opinión: “Drinking water and the coronavirus SARS-CoV-2”
Organización Mundial de la Salud
Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos