La Hepatitis A es una infección viral que afecta el hígado y se propaga principalmente a través de la ingestión de agua o alimentos contaminados. Este virus altamente contagioso es conocido por causar síntomas como fiebre, fatiga, náuseas y coloración amarillenta de la piel.

Una de las vías menos reconocidas de transmisión de la Hepatitis A es a través del agua contaminada. Fuentes de agua no tratadas pueden albergar el virus, especialmente en áreas con condiciones sanitarias deficientes. Cuando el agua contaminada se utiliza para beber, lavar alimentos o incluso para nadar, existe el riesgo de contraer el virus.

La Hepatitis A destaca la conexión vital entre la calidad del agua y la salud pública. La promoción de sistemas de agua seguros y la educación sobre prácticas de higiene son pasos fundamentales para reducir la incidencia.

En muestras tomadas por Bioanalítica en aguas para consumo no se ha detectado el virus, sin embargo en aguas residuales si ha sido posible detectarlo. Esta información es útil en los centros de trabajo como parte de una evaluación de riesgo de contagio con el virus.